Los grafitis de Ronda

Los grafitis de Ronda: un museo al aire libre que late con el pulso de la ciudad

Mural de Ronda
Mural de Ronda

Cuando uno piensa en Ronda, le vienen a la mente los tajos, el Puente Nuevo, la plaza de toros más antigua de España o las vistas vertiginosas del valle del Guadalevín. Pero basta con desviarse un poco de los circuitos turísticos más trillados para descubrir una nueva cara de la ciudad: sus muros, antes anónimos, se han convertido en lienzos vivos que narran historias contemporáneas a través del arte urbano.

Grafitis en Ronda
Grafitis en Ronda

En los últimos años, el grafiti ha dejado de ser un fenómeno marginal para consolidarse como un atractivo turístico y cultural en Ronda. Desde la barriada de San Francisco hasta las traseras de la zona centro, murales de gran formato, firmas estilizadas y piezas llenas de mensaje emergen como expresiones de identidad, crítica social y, en muchos casos, puro arte decorativo.

Uno de los ejemplos más llamativos es el mural del artista local conocido como Serok, que cubre una medianera junto al antiguo cuartel. En él, una figura femenina con rasgos moriscos mira al horizonte, envuelta en elementos naturales del entorno rondeño: encinas, buitres leonados y estrellas. “Es una forma de reivindicar nuestra historia y también el presente. Ronda es más que postal: es barrio, es calle, es mezcla”, explica el propio artista mientras afina los últimos detalles de su obra con una paleta de colores tierra y azul noche.

Los recorridos guiados por los grafitis se han multiplicado. Algunos visitantes vienen ya buscando específicamente esta vertiente de la ciudad. “Es como encontrar un museo escondido entre callejones. Me recuerda a Berlín o Lisboa”, comenta Clara Ruiz, una turista de Valencia que descubrió el tour por una publicación en Instagram. Y es que las redes sociales han sido una herramienta clave para dar visibilidad a estos espacios, con hashtags como #RondaStreetArt ganando fuerza entre viajeros jóvenes y amantes de la fotografía urbana.

Además de artistas locales, en las paredes de Ronda han dejado su huella nombres internacionales que participan en festivales y encuentros de arte urbano que la ciudad empieza a albergar con más regularidad. Esta apertura al exterior ha generado un diálogo interesante entre tradición y vanguardia, algo poco frecuente en ciudades tan marcadas por su legado histórico.

Pero no todo ha sido un camino fácil. Como en muchas otras ciudades, el grafiti sigue generando debate. Algunos vecinos lo ven con recelo, asociándolo aún con vandalismo. Otros, en cambio, lo defienden como una forma legítima de expresión. El Ayuntamiento, por su parte, ha comenzado a regular ciertos espacios y a promover iniciativas donde el arte urbano se canaliza de manera organizada, respetando el entorno y fomentando la participación ciudadana.

Grafitis en Ronda
Grafitis en Ronda

Sea como sea, el grafiti en Ronda ha dejado de ser un simple garabato en la pared. Es ahora un signo de vitalidad, una invitación a mirar más allá de la piedra centenaria y descubrir que esta ciudad también habla en spray, en color y en clave de presente.

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