Palacio de Mondragón

Palacio de Mondragón / Monumentos de Ronda

El Palacio de Mondragón, llamado también Palacio del Marqués de Villasierra (importante ciudadano en Ronda), es sin lugar a dudas el monumento civil más significativo de Ronda, de gran importancia histórica y arquitectónica.

Según la leyenda, en el residía el gran rey Abbel Malik o Abomelic, hijo del sultán de Marruecos Abul Asan. Tras pocos años a la muerte de Abomelic, el reino de Ronda pasó a depender del reino de Granada tras la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, se sabe que el último gobernador musulmán Hamet el Zegrí también tuvo como residencia este palacio.

Realmente no sabemos como era el Palacio de Mondragón durante la época musulmana.

Si podemos asegurar que se constituía alrededor del patio más cercano al río Tajo con el actual jardín lo que no existiría sería la actual crujía de la fachada.

Cabe destacar la importancia del Salón noble del interior del Palacio dotado de la belleza de la artesanía mudéjar .

Durante la época cristiana en el Palacio se realizan las más importantes modificaciones. Se constituye el actual patio más cercano al Tajo que nos conduce al jardín.

Un original patio con triple arquería baja en tres de sus lados, sobre arcos de medio punto exquisitamente aparejados en ladrillo raspado sobre columna de mármol con basa capitel y ábaco.

Recuadra los arcos a modo de alfiz, una fina moldura labrada en ladrillo saliente, dando lugar a una franja horizontal continua, cruzando al trazado de los arcos.

Igualmente la cornisa se organiza sobre ladrillo moldurado dejando una franja lisa entre la cornisa y la que endosa los arcos, decorada con bellísima solería. Así mismo se decoran los espacios que se forman entre el trazado de los arcos y la moldura que los envuelve con círculos de clara influencia renacentista.

Accedemos ahora al segundo patio de estilo gótico tardío, de columnas de piedra y capiteles reutilizados sobre los que se alzan plataformas de madera de acceso a la planta intermedia en donde hoy en día se ubican las diversas salas del Museo.

El patio de entrada de gran belleza, abarca galerías en dos de sus testeros, con arcos de medio punto, alquitrabe, friso decorado con triglifos, metopas y cornisas; labrado en ladrillo, sobre columnas corintio renacentista de gran calidad.

La fachada data del siglo XVIII , de portada con doble orden de columnas marcadas sobre pedestal dórico el bajo y jónico el alto, en destacada sillería, concluyendo en un frontón curvo que se abre en el centro para dar lugar a un tercer elemento decorativo con columnas corintias apareadas.

Dicha composición se manifiesta en toda la planta baja albergando las antiguas cuadras y el apeadero.

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