Toros en Ronda
Toros en Ronda ? La relevancia de la tradición taurina en Ronda es bien conocida por todo el mundo, se ha debido a una serie de factores unidos a lo largo de la historia que han determinado la permanencia histórica, social y cultural de esta tradición en nuestra ciudad; siendo además uno de los principales focos de atracción turística, musa para escritores y pintores, cantantes y poetas, cineastas y aristocracia, curiosos y estudiosos por ir ligada estrechamente a su Plaza de Toros, la más antigua del mundo, en la que todos los años se conmemoran Las Corridas Goyescas de antaño y el inicio de las bases del toreo moderno que de aquí surgieron en honor a Pedro Romero.
Uno de los factores a destacar es la presencia mítica del toro como elemento lúdico en todo el mediterráneo desde tiempos medievales y con más auge en la península ibérica.
Debido a una serie de elementos climáticos y geográficos estaba más destacado en la zona de Andalucía y Ronda, por su situación estratégica y por su cercanía a tierras de pastos era un lugar perfecto para el desarrollo de esta actividad. Fue durante una buena época lugar de crianza de toros de lidia.
Otro de los factores, cómo no, es la importancia histórica de la ciudad, desde sus orígenes hasta la conquista de la corona de Castilla y lo que ésta trajo consigo, revueltas, inestabilidad, poblaciones insatisfechas musulmanas, derrotados como pueblo pero no como raza, dieron lugar a la necesidad de formar cofradías de nobles y a Las Reales Maestranzas de Caballería que en Ronda beneficiarían notablemente al desarrollo de lo taurino como festejo popular.
Y el tercer factor esencial en la cultura taurina de Ronda es el hecho de que existiera una persona con aptitudes especiales en la tarea de ponerse ante un toro, que sus maneras, su arte, se impusieran creando escuela hablamos de Pedro Romero y su dinastía.
Todo ello hace que Ronda sea clave para el desarrollo de las bases del toreo moderno
La Plaza de Toros.
De vital importancia en las raíces tauromaquias de la ciudad tiene la Plaza de Toros de Ronda, cuenta ya con dos siglos y fue inaugurada en 1785 además de formar parte del encanto urbanístico, histórico de la ciudad.
Fue construida por la Real Maestranza de Caballería de Ronda sin contar con la aprobación de la Corte, mediante aportaciones de sus miembros y se hizo en piedra por voluntad de los mismos en contra de cómo mandaba la Corte de entonces, en madera y de forma provisional para que en unos meses desaparecieran como ocurrió en otras ciudades Madrid, Sevilla, Valencia …
El caso insólito de Ronda ha hecho posible que cuente con la Plaza de Toros más antigua de España, que como recinto taurino, ha celebrado corridas de toros sin interrupción desde que se construyó, sin reformas ni estructurales ni de fisonomía.
Las Maestranzas, las de Ronda, Sevilla y Granada, se crearían con los mismos fines y tendrían similares trayectorias jugarían un indispensable papel en el desarrollo de la feria de los toros. Se crearon a partir de cofradías medievales mitad religiosas, mitad militares que fueron impulsadas y evolucionadas durante el mandato de Felipe II debido a la inseguridad de la época por las continuas rebeliones moriscas.
Una de las obligaciones básicas para los caballeros que pertenecían a las Maestranzas era la práctica de ejercicios a caballo así como el manejo de las armas montando en ellos.
En Ronda La Real Maestranza tuvo su origen en la Cofradía del Santo Espíritu creada en 1572 siendo también la más antigua de España seguida de la de Sevilla en 1670.
El entrenamiento de estos caballeros va incorporando ejercicios ecuestres con cañas, sortijas, torneos y justas, espectáculos con toros bravos a caballo, se puede decir que el inicio del arte del rejoneo, esto dio lugar a un proceso de selección, desarrollo y preservación del toro afianzando la crianza de toro bravo de lidia.
Como hemos dicho sólo se practicaba con los toros a caballo pero esto cambiaría con la llegada del primer Borbón al reinado Felipe V nacido francés y con gustos afrancesados que hacen cambiar las maneras de la Corte y como consecuencia su visión de los toros que los ve como un ejercicio de índole bárbara y empieza a eliminarlo de los programas festivos y conmemorativos.
Pero el pueblo se niega a omitirlo de su vida, es así como empieza el toreo a pie, el toreo moderno como fiesta popular y la necesidad de un recinto cerrado donde llevarlo a cabo; al tiempo brotaría el toreo como profesión y de influencia claramente notoria las dinastías de toreros rondeñas en el desarrollo de la fiesta nacional en especial de la primera de ellas: la de los Romeros.
La importancia de la dinastía de los Romeros. Hasta que llegaron ellos, la figura del torero no estaba tratada de manera individual, el protagonista era el rejoneador al que le acompañaban auxiliares o peones de la faena ni siquiera se le llama torero a caballo sino “Don Rejoneador tal “ y sus peones.
Se sabe que Francisco Romero, abuelo de Pedro Romero era auxiliar o peón de los caballeros de la Maestranza y ya su hijo Juan Romero empezaría la labor como una profesión, ya actuaba en la Maestranza de Sevilla con una cuadrilla propia.
Juan Romero tiene siete hijos de los cuales cuatro son toreros: Gaspar, Antonio, José y Pedro. Gaspar murió toreando en Salamanca en 1773, Antonio en Granada de una cogida en 1802, José Romero fue un gran torero, mató al toro que dio la muerte a Pepe Hillo en 1801, la última vez que toreó ya estaba retirado fue en Madrid en 1808 a la edad de 73 años, sin embargo la tradición taurina reconoce como autor de este hecho a su hermano Pedro.
Pedro Romero es el hombre que marca el antes y el después de la figura del torero, alza dicha tarea como única, individual, profesional y llena de arte, del buen hacer dentro y fuera de los ruedos, el torero empieza a ser una personalidad destacada y cotizada.
Fue muy amigo de Goya que tanto retrató a él y a su hermano en su Tauromaquia. En su manera de torear plasma claramente el espíritu Rondeño en un toreo hondo, grave y serio del que salió una figura esencial en esta historia Cayetano Ordóñez de la dinastía de los Ordóñez.
Cayetano, algo fugaz alcanzó gran éxito en el periodo que quedó vacío entre la muerte de Joselito y la retirada de Belmonte. Fue llamado el Niño de la Palma.
Luego estuvo marcado por las cogidas, la guerra civil pero deja huella en sus hijos, el tercero de ellos el famoso Antonio Ordóñez que toma la alternativa en 1951 y torea con figuras como Luis Miguel , Litri, Manolo Vázquez y Aparicio.
Con él comienzan las Corridas Goyescas recordando los inicios del toreo en Ronda la primera se celebró el año 1953 y desde entonces se repiten cada año en honor a él. También se cuenta que fue el torero que introdujo la muleta en la lidia del toro.
Representada está la fama del toreo rondeño por citar algunos de importancia citar los tres libros de toreo escritos por Ernest Hemingway fan incondicional del Niño de la Palma y seguidor fiel de Antonio Ordóñez. Y Orson Welles cautivado por las Corridas Goyescas, por el Arte de Antonio Ordóñez y por Ronda la ciudad de sus sueños, fue tanta su admiración que dejó dicho en su testamento que cuando muriera lo enterraran en Ronda.
Hoy en día la dinastía Ordóñez perdura con su arte en figuras del toreo como son Francisco Rivera Ordóñez y su hermano Cayetano Rivera Ordóñez protagonistas de la feria taurina que se celebra en Ronda en honor a Pedro Romero y las Corridas Goyescas en honor a su abuelo Antonio Ordóñez.