Fernando de los Ríos

Fernando de los Ríos: el humanista de Ronda que soñó una España más justa

Fernando de los Ríos Urruti
Fernando de los Ríos Urruti

En el corazón de la serranía, donde las casas blancas se asoman al Tajo y la historia respira en cada esquina, el nombre de Fernando de los Ríos sigue vivo. Aunque nacido en Ronda el 8 de diciembre de 1879, su legado trascendió los límites de esta ciudad andaluza para instalarse en la historia de España como uno de los pensadores más relevantes del siglo XX. Político, jurista, intelectual y firme defensor del socialismo humanista, de los Ríos fue también un hijo de Ronda en el sentido más profundo de la palabra: arraigado a su tierra, a sus gentes y a los ideales de justicia y libertad que tan intensamente defendió.

La forja de un idealista

Desde muy joven, Fernando de los Ríos se mostró como un espíritu inquieto, ávido de conocimiento y comprometido con las causas sociales. Su formación académica en Derecho le llevó a desarrollar una visión política basada en los valores éticos y la dignidad humana, una perspectiva que contrastaba con los discursos más dogmáticos de su época. Influenciado por el krausismo y los ideales regeneracionistas, se sumó a las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), desde donde proyectó su pensamiento con un enfoque democrático y pedagógico.

Ronda no fue para él solo un lugar de nacimiento, sino una fuente constante de inspiración. En sus visitas a la ciudad, solía pasear por sus calles empedradas, detenerse en las plazas a conversar con vecinos, y nutrirse de ese sentir popular que le recordaba por qué había elegido el camino de la política. Muchos rondeños recuerdan aún, por tradición oral, su cercanía, su tono pausado y su disposición para escuchar.

Ministro y maestro

Durante la Segunda República, Fernando de los Ríos ocupó importantes cargos políticos. Fue Ministro de Justicia, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y Ministro de Estado (Exteriores), desempeñando siempre su labor con un espíritu profundamente reformista. Apostó por una educación laica y de calidad, por la modernización del país y por una república que pusiera a las personas en el centro de la política.

No obstante, sus ideas encontraron una España dividida. Con el estallido de la Guerra Civil y la posterior victoria franquista, De los Ríos se vio obligado al exilio. Desde Nueva York, donde se desempeñó como catedrático en la Universidad de Columbia, siguió pensando y escribiendo sobre la democracia, el socialismo y el papel del ser humano en la sociedad. Murió en el exilio en 1949, lejos de su amada Ronda.

Un legado en la memoria rondeña

A pesar del paso del tiempo y la distancia geográfica que marcó sus últimos años, la figura de Fernando de los Ríos sigue presente en Ronda. Numerosos centros educativos llevan su nombre, y su legado es reivindicado como ejemplo de integridad intelectual y compromiso con la justicia social.

Su historia no es solo la de un político brillante, sino la de un hombre que nunca dejó de creer en la capacidad del ser humano para construir un mundo mejor. En estos tiempos inciertos, recordar su figura desde su tierra natal es también una forma de resistir al olvido y de honrar la esperanza.

Porque, como él mismo decía: «No hay libertad sin cultura.»

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